Roberto Otilio Domínguez Armas
Por Mariela Domínguez Hernández
Nace en la población
de Guanape, Estado Anzoátegui, el día 13 de diciembre de 1919, de la unión
matrimonial entre Roberto Luís Domínguez Armas y Susana Armas Rodríguez, ambos
guanapenses y pertenecientes a las familias fundadoras de este pueblo de la
Cuenca del Unare. Es el segundo de cinco hermanos, todos nacidos en este
pueblo: Ligia, Roberto Otilio, Rafael Vinicio (Cubín), Carmen Vestalia y Juan
Salvador Domínguez Armas. Inicia y culmina sus estudios de primaria en la
ciudad de Barcelona, en donde su madre regenta una pensión ubicada cerca de
donde actualmente se encuentra el Hotel Neverí. Entre sus condiscípulos podemos
mencionar a Tomás Alfaro Calatrava, Octavio Lepage, Rafael Guzmán Garroni y
otros conocidos personajes de la zona. Posteriormente viaja a Caracas y los
Teques, en donde cursa hasta el tercer año de bachillerato. A pesar de sus
pocos estudios, fue un conocedor de leyes y diestro en el manejo de sus
conocimientos.
A la temprana edad de 17 años, comienza a trabajar para ayudar con el sustento familiar, en el recién creado Ministerio de Sanidad, desempeñándose como Inspector Sanitario, forjando para ello una partida de nacimiento indicando haber visto luz en el año de 1918. En el ejercicio de sus funciones recorre varias ciudades del país y, es precisamente en la población de Charallave, en donde conoce a Carmen Luisa Martínez Pérez, natural de Tácata, Estado Miranda, con quién contrae matrimonio el día 06 de febrero de 1944 y de cuya unión nacerán siete hijos: Roberto Luís, Tania Coromoto, Alexis Rafael, Enrique Gustavo, Luis Carlos, Gustavo Alfredo y Algimiro Domínguez Martínez.
Fue miembro fundador de los partidos U.R.D. y del P.C.V. cuando se perseguía, se torturaba, se desaparecían y secuestraban a los revolucionarios llamados izquierdistas, principalmente a los militantes del P.C.V. en tiempos cuando pertenecer a partidos de izquierda no era bien visto, lo que trajo como consecuencia ser perseguido político durante los gobiernos del General Marcos Pérez Jiménez y Rómulo Betancourt, además de ser privado de su libertad en cárceles venezolanas. Por esta razón, además de haber expresado su apoyo por escrito a una manifestación de trabajadores petroleros, es destituido de su cargo que ejerció por 24 años en el Ministerio de Sanidad
Hasta mediados de los 50, sus viajes al pueblo natal eran contados y distantes. Es a partir de 1954, cuando la permanencia se hace prolongada y frecuente, como consecuencia de la muerte de su padre ocurrida en la ciudad de Charallave el 09 de junio del mismo año. Asume parcialmente la administración de los bienes de su tía Josefa María Domínguez Armas (viuda de Rafael Medina Armas), nombrando como Tutor Interino al Dr. Alonzo Calatrava Gago. Desde entonces y hasta el año 1963, su vida transcurre entre ir y venir a Guanape, Barcelona, Charallave, Cúa y Corralito en donde fija residencias de corta duración. En pocos años se asienta definitivamente en el fundo El Rincón y Charco Largo, ubicado en Mayares, jurisdicción de Guanape, desde donde estrecha lazos de fraternidad con todos los pueblos vecinos.
Mantuvo una relación
muy cercana con quienes adversaban a los gobiernos de turno, especialmente con
Don Chicho Mata, de quién adquirió el conocimiento para elaborar con el arte
xilográfico los escritos que clandestinamente publicaban. Se dedicó al sector
agropecuario, enalteciendo el esfuerzo de superación del hombre y la mujer en
el medio rural, en su labor como expresión de la voluntad en el quehacer de
cada día de una comunidad progresista, siendo luchador constante de justicia y
mejoras para los ganaderos y su pueblo, en la fundación de varias Asociaciones
que agrupaban a este gremio, entre las que podemos mencionar las de Barcelona,
Zaraza, Valle de la Pascua, Tucupido, Guanape, Valle Guanape, San José de
Guaribe y Clarines.
Su inquietud por la
unidad de los gremios productores, su enérgico y didáctico discurso, le
hicieron participar activamente en varios acontecimientos públicos, entre los
cuales podemos mencionar:
• Presidente de la Asociación Regional
de Ganaderos del Estado Anzoátegui (1977-1980).
• Productor Agropecuario en el
Desarrollo de la Cuenca del Unare (11, 12 y 13 de agosto de 1983) en la
solicitud para la creación a nivel regional de la Autoridad única de Área de
esta Cuenca.
• Orador de Orden en la Sesión Solemne
de las Fiestas Patronales de Guanape (1984).
• Recibió la condecoración “Orden Manuel
Ezequiel Bruzual” en su Segunda Clase (1986).
• Miembro Fundador de Funda Guanape y
Amigos de Guanape (1986).
• Asesor del Centro Cultural-Deportivo
Guanape (1987).
• Canciller de la Orden “General en Jefe
Manuel Ezequiel Bruzual” (1988).
• Orador de Orden en la Sesión Solemne
de las Fiestas Patronales de Valle de Guanape (1988).
• Orador de Orden en la Sesión Solemne
de las Fiestas Patronales de Guanape (1989).
• Orador de Orden en la Inauguración de
la Casa de la Cultura “Jesús Saume Barrios” de Guanape (1991).
• Presidente de la Asociación Civil de
Padres y Representantes de la E.B.N. “Diego Bautista Urbaneja” de Guanape y del
Liceo “Juan de Urpín” de Valle de Guanape. Además apadrino varias promociones
de 6º Grado y bachillerato.
• Presidente Vitalicio de la Asociación
de Ganaderos de Valle de Guanape.
• Miembro activo de la Asociación de
Ganaderos de Guanape.
• Miembro fundador de la Cooperativa de
Electrificación Rural Peñalver-Bruzual-Guaribe, donde su voz sirvió para
denunciar muchas irregularidades.
Consideraba de vital
importancia para los sectores sociales y económicos, “el fortalecimiento de las
Asociaciones gremiales como garantía para la estabilidad de la existencia y el
desarrollo propio de los pueblos, no solo por su actitud solidaria con los
productores agropecuarios, sino necesarias para que la población viva la justa
aspiración de felicidad”.
Este hombre de
mediana estatura, de clara, sencilla y definida inteligencia, pero sobre todo
de gran calidad humana, hace que se le recuerde por su sencillez, razón por la
cual gozaba del aprecio de mucha gente, que cariñosamente le decían “Robertico”,
“Pariente” o “Don Roberto”.
Soñó con “ayudar a calmar la sed de Guanape”, donando parte de sus tierras de la Finca El Rincón para la construcción de una represa, sueño que por mezquindades políticas aún no se hace realidad.
Aficionado a las letras, demostró sentimientos con espontaneidad, diligencia y desinterés a través de tantos escritos publicados en diarios locales y regionales, en donde mostraba profundas reflexiones dirigida a los hombres y mujeres de pensamiento libre, espíritu democrático y a los que querían luchar por la patria, digna del pensamiento de Simón Bolívar. En ellos demostraba su preocupación por las necesidades del pueblo, el cariño a sus amigos; plasmaba temas de política, naturaleza, educación e historia siempre con críticas sinceras, oportunas y constructivas, que consideraba necesarias para corregir errores, tal como lo manifestaba en sus escritos.
Luego de muchos años, se residencia en Valle de Guanape, pueblo donde vivió parte de su infancia, siguiendo activo políticamente cuando participa como candidato a la Alcaldía del Municipio Carvajal en representación del partido Causa R.
El 30 de marzo de
2000 y a la edad de 77 años, en la ciudad de Barcelona, fallece Carmen Luisa,
su esposa y compañera de 55 años de vida compartida, víctima de un paro
respiratorio ocasionado por los estragos que a lo largo de los años le fueron
provocando la diabetes y la artritis reumática que padecía.
El 15 de noviembre de
2004 y a la edad de 84 años, Roberto Domínguez Armas trasciende al plano de la
eternidad, víctima de varios infartos cerebrales y blandiendo aún las banderas
revolucionarias. A pesar de su inagotable espíritu de lucha y del infinito amor
a su pueblo, esperanzado en proporcionar a Guanape “alegrías de lejanas penas”,
a cuestas de un viaje sin retorno en compañía de pocos amigos, dejó sembrado
los mejores recuerdos en el corazón de su gente, que hoy le rinden merecidos
honores a su memoria, evocando sus nobles acciones en defensa de las mejores
causas, de lo que no es necesario que se diga nada. Todos conocimos y
compartimos su sabiduría en su cordial paso por la vida.
Entre sus palabras
expresadas el 12 de febrero de 1988, en la plaza Bolívar de Valle de Guanape,
dijo: “… Cuando uno se pueda dar la mano con el otro que piensa distinto a uno,
solo entonces podremos gritar que Valle de Guanape es un pueblo que tiene por
libertad la bandera y por timón la conciencia”.
Revisado y reeditado
por Gustavo Alfredo Domínguez Martínez
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