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viernes, 10 de diciembre de 2010

La Laguna de Unare

Álvaro Armas Bellorín
Cronista de Clarines

La primera vez que el nombre de “Uchire” aparece en la historia para señalar la existencia de un poblado o de una comunidad, fue el año 1.599, fecha en la cual el Capitán español Juan García Carrasco, fundó, en la desembocadura del río Uchire al caserío “San Juan de la Laguna de Uchire”. Esta fundación significó el inicio de una serie de acontecimientos que trajeron como consecuencia el origen y formación de lo que hoy conocemos como: Sabana de Uchire y Boca de Uchire, dos pueblos parteados por la violencia.

San Juan de la Laguna de Uchire, fue fundado estratégicamente para facilitar el paso del ganado vacuno que frecuentemente se trasladaba desde los llanos hasta Cumana y Araya, pueblos estos siempre carentes de carne para el consumo humano; sin embargo, aún cuando la razón de su existencia se basaba sobre este poderoso argumento, duró muy poco.

En 1.629, es decir, 30 años después de haber sido fundado, decidieron abandonarlo al no poder resistir a la tragedia de los asaltos de las tribus aborígenes aledañas, quienes sabiéndose legítimos propietarios del territorio, se resistían a no aceptar la actitud deshonesta e inhumana de aquellos conquistadores; siendo el último suceso contra aquel pueblo y el decisivo para que sus habitantes lo desalojaran completamente, la acción que liderizó la Cacica Magdalena cuando atacó con grupos palenques, la ranchería que conformaba aquel pueblo en represalia a la actitud de un conquistador español que había dado muerte a varios aborígenes palenques y raptado otros con el fin de trasladarlos a Caracas para esclavizarlos anexándolos a sus servicios. Con este suceso violento, San Juan de la Laguna de Uchire desapareció completamente, sin embargo desde ese momento, la zona aledaña a la desembocadura del rió, es decir, lo que hoy conocemos como Boca de Uchire, empezó a conocerse con el nombre de. “Sitio de Uchire” o “Asiento de Uchire”.

Pasado algunos años de la desaparición del pueblo San Juan de la Laguna de Uchire, nació el pretexto del español de defender contra los holandeses, la larga salina (1) que conformaba parte de lo que hoy conocemos como la Laguna del Unare, y por su puesto, reforzar la idea de la ubicación estratégica que significaba el “sitio de Uchire” como puerto tradicional para el embarque del ganado y cueros.

Es importante tener claro que lo que hoy conocemos como “la Laguna del Unare”, era, en su gran mayoría una inmensa salina que se extendía desde las márgenes del río Unare - cerca de su desembocadura - hasta las orillas de la Laguna de Cariamana, que quedaba en las cercanías de la desembocadura del ríoUchire, salina esta considerada por los españoles como una peligrosa atracción para aquellos pueblos extranjeros que necesitaban de la sal como un elemento indispensable para los navegantes de aquel tiempo, entre ellos los holandeses.

Así pues, con estas dos excusas: la importancia estratégica del sitio y la necesidad de proteger la salina, Juan de Urpin (2) decide fundar en el mismo sitio donde existió San Juan de la Laguna de Uchire, lo que se conoció como La Nueva Tarragona, en honor a la “fiesta de la degollación de San Juan”; fundación esta que corrió con menos suerte que San Juan de la Laguna de Uchire, pues apenas, si duró 5 años fue mucho.

Esta nueva fundación se llevó a cabo el 2 de mayo de 1.638 y fue abandonada por sus pobladores, el 15 de julio de 1.643 después de sufrir repetidos ataques de los aborígenes de la tribu Tomuzas, quienes espoleados por los excesos que contra ellos se cometían, incendiaron y desalojaron totalmente la recién fundada Tarragona; Sin embargo en su efímera existencia vale la pena recordar un logro importantísimo de su fundador Juan de Urpin, quien a raíz de una confrontación bélica que tuvo con los holandeses el año 1.640 por la posesión de la salina y además, en vista de la imposibilidad cierta de protegerla constantemente; se propuso inutilizarla, construyendo para ello un canal que conduzca agua dulce directa desde el sitio mas cercano del río Unare, hasta la salina con el fin de sesgarla, logrando así ensanchar considerablemente lo que en aquel tiempo se conocía como la Laguna de Cariamana y a la vez creando involuntariamente, lo que hoy conocemos erróneamente como la Laguna del Unare, que en definitiva es, un inmenso estuario, con 22 Km. de longitud por 7 Km. de ancho, el cual proporciona, una valiosa fuente de recursos con la buena pesca que allí abunda (Camarones, Lisas, Róbalo, Chamacos y Lebranches) con un peculiar y exquisito sabor; sin mencionar el inmenso valor que tiene este gran estuario desde el punto de vista ecológico, como ecosistema y reservorio de aves donde se albergan especies en vías de extinción, así como otras migratorias que se alimentan principalmente de los crustáceos (camarones y cangrejos) que abundan en la Laguna.

Este canal, fue realizado el año 1.642 y costó aproximadamente, según cálculos del propio Juan de Urpin, 50.000 ducados. Además, fue necesario convocar a los pocos caciques de los poblados indígenas que congeniaban con los españoles, para lograr el grueso de la mano de obra. El mismo Urpin al escribirle al rey, describe algunos detalles de los costos:

...“de solo maíz reunimos cinco mil quinientas fanegas, sin mucho casabe y otros bastimentos; se trajeron un mil quinientas reses vacunas para el beneficio y abastecimiento; fabricáronse muchos ranchos; convocáronse indios sin número y fue el trabajo de unos y la diligencia y el cuidado de todos tan porfiado que en tres meses se vieron logrados mis deseos…”.

Con el tiempo la laguna siguió ensanchando sus limites hasta lograr que parte de los caños que conforman el Delta del Unare, se incorporen a la laguna (Caño Norte y Caño Sur) siendo hoy en día los que surten con mayor cause de agua dulce al gran estuario que hoy seguimos conociendo como la Laguna del Unare.

  1. La sal de esta zona de Venezuela dio muchos quebraderos de cabeza a los gobernantes venezolanos y supuso mantener una serie de pleitos entre los gobiernos de España y de los Países Bajos (Holanda), que enturbiaron las relaciones diplomáticas de ambas naciones. Estos conflictos nunca llegaron a solucionarse, ya que la concesión que formalmente habían solicitado los holandeses, definitivamente era rechazada por España en 1.671.
  2. Joan Orpí i del Pou, también llamado Juan Orpín o Urpín (Barcelona, España, 1593-Barcelona, Venezuela, 1645) fue el último conquistador de Venezuela y un administrador español.
    En junio de 1623, con el nombre de Gregorio Izquierdo, embarcó como soldado en una expedición destinada a defender las ricas salinas de Araya (Venezuela), que los neerlandeses pretendían apropiarse.
    En 1624, el gobernador de la Nueva Andalucía, Diego de Arroyo Daza, nombra a Urpín Teniente General de la provincia de Cumaná (puesto que ocuparía hasta 1627-28). Ese mismo año la Real Audiencia de Santo Domingo reconoce su título de licenciado en Derecho obtenido en Barcelona, lo que, tras su estancia en Cumaná, le permitió ejercer de asesor jurídico en Caracas por encargo de la misma Audiencia.
    En 1631 se traslada a Santo Domingo. Allá, la Real Audiencia solicitó aspirantes que pudieran llevar a cabo, con sus propios medios militares y económicos, la conquista de la zona habitada por los indios cumanogotos, que dificultaban las comunicaciones e impedían el comercio entre las gobernaciones de Venezuela y Cumaná. Dicha zona comprendía fundamentalmente las cuencas de los ríos Unare y Neverí. Orpí optó a realizar tal misión y en diciembre de 1631 le fue finalmente encomendada a él.
    A pesar de la oposición de los otros tres pretendientes (más poderosos e influyentes que él) y del gobernador Francisco Núñez Melián (que llegó incluso a encarcelarle), en 1632 consigue organizar la expedición y se adentra en el nuevo territorio. Fundó los asentamientos de Santa María de Manapire y San Pedro Mártir, pero le fue revocada la concesión de la colonización y gobernación de las nuevas conquistas. Esto le obligó a pleitear para recuperarla, primero ante la Audiencia de Santo Domingo (1633) y luego ante el Consejo de Indias, para lo cual tuvo que viajar a España. Finalmente en 1636 consiguió la confirmación del nombramiento.
    Reemprendió la exploración, conquista y colonización, derrotando definitivamente a los cumanogotos en 1637. En febrero de 1638 fundó Nueva Barcelona del Cerro Santo (la actual Barcelona). El territorio que agrupó bajo su mandato se extendía desde San Felipe de Austria (hoy Cariaco) hasta el Cabo Codera, y desde este al Orinoco. No pudo expandirlo, pues encontró fuerte oposición de las gobernaciones vecinas, cuyos límites ya estaban prefijados. Llamó a su jurisdicción Nueva Cataluña, aunque a la postre las autoridades de la Corona no ratificaron oficialmente el nombre. Durante su gobierno Urpín defendió la costa contra los ataques neerlandeses e impulsó el desarrollo de la ganadería y la agricultura, y tuvo que enfrentarse a varios obstáculos políticos y legales que le pusieron sus detractores y enemigos. Murió el 1 de julio de 1645, sin haber terminado de realizar sus planes al frente del gobierno. En 1654 la provincia de los Cumanogotos fue abolida y su territorio se integró dentro de la jurisdicción de Cumaná.