Acompaña a Francisco Jiménez en el comando de las fuerzas realistas que se baten el 9 de Enero de 1817 en Los Barrancones, cerca de Clarines, con el ejército patriota dirigido por Simón Bolívar y donde resulta derrotado nuestro Libertador. En marzo de este mismo año, cuando el Libertador salió de Barcelona con rumbo a Guayana, el Coronel Juan de Armas Cañas cae en una emboscada entre Quiamara y el Carito, y herido, fue llevado hasta el campamento donde se encontraba el Libertador. Conversaron sobre distintos temas y al final el Libertador lo invitó a su mesa. Cenaron juntos. Durante la cena el Libertador le pregunta:
- "Comandante ¿Cuál hubiera sido mi destino si ustedes me hubiesen hecho prisionero en la batalla de Los Barrancones?"
- "No lo dude, - contestó el otro-, Lo hubiéramos hecho fusilar en el acto". Y agregó: "Excelencia de las órdenes para que se designe el piquete de tropas que se va a ocupar de mi ejecución".
-"No, no Comandante, yo no hago fusilar a los hombres valientes". Le dijo el Libertador.
De inmediato ordenó que le fueran entregados al Coronel Juan de Armas Cañas su bestia y sus armas, un salvo-conducto y designaron dos hombres de escolta para que lo acompañaran hasta salir del campamento patriota.
A quien hasta ese momento fue empecinado servidor de la causa realista le impresionó muchísimo la presencia del jefe supremo de los patriotas, como lo refirió mas tarde a sus hijas, en Barcelona. Con el firme propósito de no combatir más contra los patriotas, el Coronel Juan de Armas Cañas llegó a su comando, donde le ordenan participar en operaciones militares en la región de Cumana. El 12 de marzo de 1.818, el Coronel Juan de Armas combate en Carúpano, bajo las órdenes de Francisco Jiménez, contra el General Santiago Mariño, quien perdió la acción. El primero fue herido en el costado izquierdo, y Jiménez de un balazo en la pierna derecha. Tradiciones de familia refieren que ese año 1.818 salió de Maturín por los caños, rumbo a las Antillas y los Estados Unidos. En Cuba adquirió un ingenio azucarero. Regresó a Venezuela el 1.820 y ese año el Libertador firma su Despacho de Coronel vivo y efectivo. Este documento era conservado por un descendiente suyo, el Sr. Ramón Salaverría Lusinchi, y lo envió desde Barcelona al Archivo Nacional en Caracas, en donde debe encontrarse.
Del Oriente Venezolano
Rafael Armas Alfonzo.
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