Para llamar la atención de los realistas hacia Caracas y proporcionar así la necesaria seguridad para la concentración prevista, el Libertador ejecutó una diversión sobre Caracas, por la costa de Píritu. La derrota que sufrió en Clarines (9.1.1817) hizo que dejara sin efecto esta diversión y que retornara a Barcelona. La existencia de una serie de inconvenientes de naturaleza varia, obligó a Bolívar a suspender la campaña.
A principios de 1817, Bolívar se atrincheró con civiles y soldados patriotas en el Convento de San Francisco el cual desde entonces se llamo Casa Fuerte por la seguridad que ofrecían sus altas paredes de mamposterías construidas por los misioneros franciscano a partir de 1715.
A finales de marzo de ese mismo año partió Bolívar para Guayana, mientras que al frente de las fuerzas en Barcelona quedaba el general Pedro María Freites, guarnición que fue destruida por el ataque del coronel Juan Aldama el 7 de abril del mismo año (Casa Fuerte de Barcelona).
La toma de la Casa Fuerte de Barcelona suscitada el 7 de abril de 1817 es uno de los más sangrientos e inolvidables capítulos de la guerra de la independencia venezolana.
Para que se lograse tomar la Casa Fuerte fue necesario luchar varios días. El 5 de abril, más de cuatro mil soldados al mando del Coronel Juan de Aldama invadieron a Barcelona tras recibir la noticia de la partida del Libertador hacia Guayana dejando al General Pedro María Freites con pocos hombres en la Casa Fuerte, pues ellos y su familias, se negaron a emigrar hacia Margarita como lo había sugerido Bolívar, quien también ordeno a los Generales Santiago Mariño y Rafael Urdaneta ayudar a la ciudad en caso necesario.
Lamentablemente, la ayuda llego tarde. El 7 de Abril de 1817 los realista atacaron a la Casa Fuerte logrando su toma en horas del medio día gracias a las balas del cañón Burro Negro, traído desde Araya. El resultado fue espeluznante, la muerte fue el común denominador, 700 patriotas aproximadamente, de nada valieron los esfuerzos heroicos de Freites, Rivas y Eulalia Ramos de Chamberlaín, es decir Eulalia Buroz quien por su valentía convirtió su muerte en un mito y su nombre en un símbolo dentro de las mártires de la independencia venezolana.
Uno de los Generales realistas encargados de la toma fue Miguel Segundo Correa, y se ha transmitido de manera oral por la familia la historia de que en el instante en que un soldado realista levantaba su espada para dar muerte a una señora y su hijita, republicanas, llegó Don Miguel Correa a ese sitio y sintiendo compasión de ellas impidió que las ejecutaran e hizo que bajo custodia las regresaran a su casa y les montaran guardia, bajo juramento de que nada les sucedería. Don Miguel presto ayuda a esa familia y solía visitarles como amigo. Una vez que la pequeña Carmen Aguilar Arbelaez, como asi se llamaba, se hizo mujer, Don Miguel se enamoro de ella y así se lo manifestó a su madre. La joven al recibir esta noticia y como había tanta diferencia de edad, al principio se mostró reacia, entonces su madre le contó lo sucedido en la Casa Fuerte y que a el le debían la vida. Poco a poco le tomo cariño hasta que al fin realizaron su matrimonio.
De este matrimonio nacen cuatro hijos, Maria Lina Correa Aguilar, quien se casó con José Camilo Rojas Fuentes de Cristal, Dolores Correa Aguilar, se casó con Don Hilario Aguilar, Rita Correa Aguilar que quedó soltera, Basiliso Correa Aguilar, del cual ignoramos sus noticias y Martina Correa Aguilar, que se casó con Don Anselmo Medina Chacín. De estas familias descienden una buena parte de los pobladores de Guanape, Valle de Guanape y San Jose de Guaribe, sobre todo de este último.
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